José Bergamín y los intelectuales en la Transición
Abstract
Los métodos que se han utilizado tradicionalmente para estudiar a los intelectuales durante la Dictadura de Franco y la Transición en base a las regiones ideológicas, las escuelas de pensamiento y las generaciones en las que se sitúan, no permiten ubicar de manera adecuada el caso concreto que representa una figura como la de José Bergamín, cuya ausencia es notoria en este tipo de estudio. Al margen de los problemas particulares que muestra este caso enigmático –“incógnita por despejar”, lo calificaría Nigel Dennis–, dicha ausencia es resultado de la exclusión que ha sufrido el exilio intelectual en general, como consecuencia del propósito franquista de desubicar toda una facción de la cultura española a través de la manipulación, el silenciamiento y la normalización, situación que se prolongaría durante la Transición por la renuncia a la memoria democrática que se produjo durante aquel proceso político.
Como intelectual, sin embargo, Bergamín reunía muchas de las características de esta figura social que emergió a finales del siglo XIX, al tratarse de una persona culta, portadora de valores universales y que se inserta críticamente en los ámbitos del saber y de la cosa pública a través del pensamiento y de la acción. Personalidades tan destacadas como José Luis López Aranguren lo consideraban, de hecho, el intelectual más importante de la Segunda República y aún después de ella, en la “España peregrina”, término que acuñó el propio escritor en referencia al exilio republicano de 1939, de quien fue uno de los principales representantes. Como ocurre en otros ámbitos, su figura encuentra difícilmente lugar en las taxonomías de los intelectuales al uso, sin corresponder en realidad a las dos posturas básicas que en función de su vinculación con el sistema de clases representan los modelos de Mannheim y Gramsci. El estudio que proponemos pretende situar convenientemente a Bergamín en el ámbito intelectual de la España de la Transición.